jueves, 30 de julio de 2009

De la esperanza nace lo eterno.

De la esperanza nace lo eterno en el corazón del hombre;
el hombre nunca es, sino que será bendecido.

el alma, incómoda, y lejos de casa,

reposa y se esponja en la vida venidera.

¡Ay, el pobre hombre!, cuya mente sin cultivar,
ve a dios en las nubes o lo oye en el viento;

a su alma, la orgullosa ciencia no enseñó

la trayectoria solar o la Vía Láctea;

aunque la sencilla naturaleza a su esperanza le ha dado,

tras las cumbres nubladas, un cielo más humilde.







Alexander Pope, Ensayo sobre el hombre, 1733

3 comentarios:

Minerva dijo...

Es increíble que personas de ésas épocas hayan razonado y llegado a esa conclusión en forma tan poética y que aún en nuestra época la mayoría de la gente se siga aferrando a una ilusión que para mi es dios. Un saludo.

Isaak dijo...

No fue el único, Minerva. La Historia está tenuemente salpicada de quienes supieron ver más allá de la magia y la superchería. Son débiles puntitos de luz en nuestro pasado, largo y siempre oscuro pasado.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

"Al principio todo era oscuridad, y de entre las tinieblas surgió Dios (¿?) y dijo: ¡Hágase Newton! Y la luz se hizo."

-Pope en el entierro del físico.


Es una linda reseña, Asimov.
Continúo leyendo, aún en silencio.