jueves, 19 de febrero de 2009

«La tinta del sabio es más sagrada que la sangre del mártir»



Según el Islam, El Profeta enseñó a los musulmanes que la ignorancia es la pobreza más grande de la humanidad y que una mente sin educación es como un hombre valiente sin brazos, el conocimiento da a las personas el más alto grado de realización humana, indiferente a su género, edad, raza o religión.

¿Por qué no aplican esa sabia reflexión entre sus fieles. . . ?

2 comentarios:

GRANO GRUESO dijo...

Ay, ¿dónde ha ido a parar aquél Islam que nos robó la "reconquista"? Una Córdoba donde el agua subía hasta un segundo piso, mientras que lo que sería más tarde París no era más que una aldea de pescadores. Por aquél mundo árabe comencé a estudiar su lengua. Preciosa entrada, Asimov

Bayo dijo...

Hola:

Para ser seguidor una religión no hay que pensar, hay que seguirla no más (sin cuestionarse nada). Porque todas las creencias organizadas que no se basan en evidencias poseen, de alguna u otra manera, incoherencias.

Saludos.

Bayo