Libertad para pensar.

La libertad de opinión, así como la de expresión, aparece ante la mirada de muchos de los europeos contemporáneos como un derecho que se tiene de modo "casi natural". Sin embargo, si nos acercamos a la Europa de hace tres siglos nada era menos evidente que el que se pudiera pensar al margen de las instituciones eclesiásticas y civiles, y menos aún que ese pensamiento surgido al margen de esas estructuras pudiera ser expresado y difundido libremente.

A pesar del escándalo que provocó por toda Europa la filosofía que trataba de explicar el mundo por leyes mecánicas, las ideas nuevas surgieron abriéndose paso debido a su mayor capacidad para dar cuenta de los fenómenos naturales con relación a la filosofía escolástica. El desarrollo tecnológico y el control de la naturaleza sólo era posible a partir de una concepción mecánica del universo.


Agustín Izquierdo; "Ateos clandestinos".

Aún hoy día los poderes religiosos, añoran esos tiempos...