miércoles, 13 de agosto de 2008

Tinieblas y Miedos...

El hombre cegado por sus prejuicios religiosos está en la imposibilidad de conocer su propia naturaleza.[...] La guerra que siempre subsistió entre los sacerdotes y los mejores espíritus de todos los siglos procede de que, los sabios se dieron cuenta de las trabas que la superstición quiso poner en todo tiempo al espíritu humano, al que pretendió retener en una infancia eterna: sólo lo llenó de fábulas, lo sumió en terrores, lo espantó con fantasmas que le impidieron ir hacia delante.




La religión no ha hecho más que llenar en todo tiempo la mente del hombre de tinieblas y retenerlo en la ignorancia de sus verdaderas relaciones y sus intereses verdaderos. Sólo apartando sus nubes y fantasmas descubriremos las fuentes de la verdad, de la razón, de la moral y los motivos reales que nos deben conducir a la virtud.


Barón de Holbach


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