jueves, 13 de diciembre de 2007

El Mamotreto Teológico de Maledicto XVI

El amanerado Papa Maledicto XVI, el gran teólogo, es decir, el gran teórico de la nada, acaba de publicar su nueva encíclica “Spe salvi” (salvados por la esperanza). Adelanto aquí solo unas cuantas “perlas” de este insufrible documento plagado de una jerga enmarañada, latosa y vacía, propia de la rancia teología vaticana.

“La fe no es solamente un tender de la persona hacia lo que ha de venir, y que está todavía totalmente ausente; la fe nos da algo. Nos da ya ahora algo de la realidad esperada, y esta realidad presente constituye para nosotros una « prueba » de lo que aún no se ve. Ésta atrae al futuro dentro del presente, de modo que el futuro ya no es el puro « todavía-no »” (??????!!!!!!)

Lo que “todavía–no” tiene este papa es vergüenza por escribir estos disparates y la única realidad del presente es que tampoco se espera que la tenga en el futuro, lo que constituye, en alguna medida, una “prueba” de lo que aún no se ve, ni se verá.

Tomás de Aquino explica esto de la siguiente manera: la fe es un habitus, es decir, una constante disposición del ánimo, gracias a la cual comienza en nosotros la vida eterna y la razón se siente inclinada a aceptar lo que ella misma no ve. Así pues, el concepto de « sustancia » queda modificado en el sentido de que por la fe, de manera incipiente, podríamos decir « en germen » –por tanto según la « sustancia »– ya están presentes en nosotros las realidades que se esperan: el todo, la vida verdadera”.

Después de leer esta indigesta mazamorra teológica, me queda claro que hay que tener “un germen” en la cabeza, un germen llamado fe para aceptar mojigaterías de este tipo. Realmente hay que ser teólogo para citar una y otra vez al gordo Tomás de Aquino, como muestra de un incurable atavismo regresivo hacia las catacumbas del pensamiento medieval y exponer sin ruborizarse semejante palabrerío sin sentido.

En esta perspectiva, hay un texto de san Gregorio Nacianceno que puede ser muy iluminador. Dice que en el mismo momento en que los Magos, guiados por la estrella, adoraron al nuevo rey, Cristo, llegó el fin para la astrología, porque desde entonces las estrellas giran según la órbita establecida por Cristo. En efecto, en esta escena se invierte la concepción del mundo de entonces que, de modo diverso, también hoy está nuevamente en auge. No son los elementos del cosmos, la leyes de la materia, lo que en definitiva gobierna el mundo y el hombre, sino que es un Dios personal quien gobierna las estrellas…”

Vaya, el Gregorio Nacianceno este ilumina con luz negra, parece. La densa tiniebla del pensamiento mágico teológico se configura aquí en toda su esencia.

Escrito por Jorge Alfonso Ramirez

Artículo extraído de apra.org

2 comentarios:

axar dijo...

Hay un larguísimo comentario del mamotreto ratzingeriano, realizado por un atípico fraile, en la siguiente dirección:
http://boards2.melodysoft.com/foro_mlaico/fray-josephus-1417.html?nombre=Enc%EDclica&showpostedmsg=checked

Axar

asimov dijo...

Gracias por el aporte.

salu2.