martes, 29 de mayo de 2007

Reflexión

"Probablemente nadie puede permitirse el lujo de pagar un precio excesivamente elevado debido a la muy intrincada red de relaciones sociales, interpersonales y laborales que sujetan a cualquier persona en las sociedades occidentales y que le impiden hacer lo que sabe que debería hacer. A pesar de todo, todo el mundo puede pagar algo, aunque sea poco; todo el mundo puede realizar algún tipo de sacrificio, aunque sea pequeño y en apariencia insignificante. Depende de cada uno y cada uno debe elegir cuánto está dispuesto a esforzarse para contribuir a derrotar a un entetanimiento que está corrompiendo al mundo. Es una cuestión ante la que, como en todos los dilemas vitales de importancia, estamos solos: deberíamos tener la valentía de decidir qué es lo verdaderamente importante en nuestras vidas y qué es lo superfluo y comprometernos seriamente para conseguir lo primero y rechazar lo segundo."

No hay comentarios: