domingo, 25 de marzo de 2007

Siempre en su linea, intentando asustar.

Pero esta vez el miedo lo tiene la iglesia, porque ve cómo, poco a poco, va perdiendo influencia. Si quiere ser tomada más en cuenta, que cambie sus principios y se amolde al mundo de hoy día.

El Papa arremete contra la UE y dice que hace "apostasía de sí misma"

El Papa lanzó este sábado un durísimo mensaje contra el proyecto europeo, tal como se está llevando a cabo, que marcará un hito en las relaciones de la Santa Sede y la UE.
Juan Pablo II se batió en su día por la inclusión de una mención a las raíces cristianas en la Constitución europea, batalla que perdió. Benedicto XVI había recogido el relevo, pero nunca hasta hoy sábado había retomado esta empresa con tanta fuerza. El Papa eligió el 50 aniversario para irrumpir en los festejos trazando un retrato sin apenas rasgos positivos de una construcción alejada de los ciudadanos y emitió un diagnóstico pesimista, casi apocalíptico, de su futuro si pierde de vista los valores cristianos.
La UE ha quedado clasificada oficialmente en el Vaticano casi como un enemigo, por su condición de nueva manifestación del mal, algo coherente con la línea de Benedicto XVI, cuya principal preocupación, al margen del diálogo cultural con el Islam, es la deriva relativista de Occidente.
“La Unión Europea, para ser garante válida del estado de derecho y eficaz promotora de los valores universales, no puede no reconocer con claridad la existencia de una naturaleza humana estable y permanente”, dijo Ratzinger ante obispos y laicos de todo el continente, reunidos en Roma en un congreso de las conferencias episcopales europeas.


Caída demográfica

Ya había abierto el fuego el día anterior el ‘ministro de Exteriores’ del Vaticano, Dominique Mamberti, al reprochar a la UE que en las últimas dos legislaturas la Santa Sede “ha sido atacada 30 veces”. Este congreso redactó una ‘Declaración de Roma’, que el primer ministro italiano, Romano Prodi, ha llevado en su nombre a Berlín. En el texto se pide un reconocimiento “explícito” del patrimonio cristiano europeo y la defensa de “la estructura natural de la familia”.
El Papa redobló la carga con menciones a la caída demográfica, que supondrá “la despedida de la Historia” de la UE, traerá “enormes dificultades de cohesión social” y denota “una pérdida de confianza en su porvenir”. Ratzinger aseguró que Europa está haciendo “apostasía de sí misma” y renegando de su identidad al olvidar sus raíces cristianas.
“Una comunidad que se construye sin respetar la dignidad del hombre terminará por no hacer el bien de ninguno”, sentenció en una de sus frases más severas. Es más, desarrollando su análisis y dado que la UE aspira a un peso global, señaló como una contradicción que “mientras desea presentarse como una comunidad de valores, cada vez más a menudo rechaza que haya valores universales y absolutos”. Por todo ello llamó a los cristianos a la objeción de conciencia.

24/03/07

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